No es fácil desmoronar un mito.
Los mitos son persistentes porque cuentan con la fuerza de la tradición y se alimentan de la nostalgia por las voces, los olores y los sabores de la infancia.
Tampoco son del todo falsos: están elaborados con partes iguales de fantasía, creencias y saberes.
Pero, aunque parezcan inofensivos, pueden ser peligrosos en materia de alimentación porque se vinculan directamente con la salud. Leer más